Cerca de la Plaza Durbar hay un edificio de tres plantas de ladrillo rojo con unas ventanas de talla muy elaborada. Aquí vive la Kumari, La Diosa Viviente. Se trata de una niña escogida entre muchas, y tras duras pruebas, seleccionada. A partir de su selección pasa a vivir aquí como una diosa hasta que llega a la pubertad y ya deja de serlo.