El descubrimiento de diamantes en Griqualand West el año 1869 y de oro en la reserva de Witwatersrand en 1886, cerca de lo que hoy es Johannesburgo provocó una fiebre del oro masiva. Johannesburgo creció rápidamente a medida que el país recibía oleadas de inmigrantes. Surgieron tensiones entre los Boers, que habían tomado parte en el Great Trek y establecido repúblicas en el centro del país, los nuevos inmigrantes, llamados uitlanders y el gobierno colonial británico. Este conflicto resultó en la Segunda Guerra Anglo-Boer. Luego de que los británicos ganaran esta guerra y adquirieran el control de las industrias del oro y los diamantes, unificaron la Colonia del Cabo con las dos repúblicas Boer derrotadas (la república Sudafricana y el Estado Libre de Orange) y la colonia británica de Natal, para formar la Unión de Sudáfrica, que fue proclamada en 1910 con Ciudad del Cabo como su capital legislativa, una función que continúa desempeñando hasta el presente.