El río Orange, el cual está al sur del Desierto de Namib y hace su desembocadura en un enorme estuario, arrastra la arena hasta su salida al mar. Después, la corriente fría que viene de la Antártida (Corriente de Benguela), por la cual hay tanta pesca, arrastra dicha arena hacia el Norte.
Las olas van depositando la arena en la costa, y esta, una vez seca, es arrastrada por el viento hacia el Este, formándose las dunas. Las que están cerca del mar son más blancas, mientras que a medida que la arena va hacia el interior, las dunas se van haciendo más estables y fijas.
A más fijas, más tiempo tienen y más vegetación crece en ellas. En estas dunas fijas la arena se va oxidando (probar a poner una cosa imantada en la arena y se os pegarán partículas de hierro en el imán), produciendo ese color rojizo tan espectacular. Este desierto tiene unos 120 km de ancho (de Este a Oeste) y unos 600 km de largo (de Norte a Sur).