Después de comer cogemos de nuevo las lanchas rápidas, que nos lleva a la Casa Flotante donde vamos a pasar la noche. El barco es idílico. Tiene la parte de abajo lo que es el bar y el comedor, mientras que en la parte de arriba están los camarotes (pequeñitos, pero muy confortables). Nos da la bienvenida el capitán Philip, y el barco se empieza a mover, navegando por el Delta hasta que llega la puesta del Sol, donde atraca a una orilla del río. Tenemos duchas y todo.