Aún así, las vistas son bonitas, ya que vamos a una zona de rocas y tierras de tonos rojizos, que aunque el día no acompaña, merece la pena ver.
Después, empezamos a descender hacia un cañón más pronunciado, donde los tonos rojizos son más frecuentes.
En la parte baja del valle, tenemos que atravesar varios riachielos sin importancia, pero que tenemos que descalzarnos para atravesarlos.