Habíamos entrado a la Reserva Masai Mara. Teníamos ganas de ver leones. Vimos un todoterreno que estaba parado en unos árboles y fuimos allí a ver que pasaba. Había una familia de leones echando la siesta en plan tranquilo. Nosotros estabamos emocionados, ya que eran los primeros que veíamos. Cuando ya habíamos sacado un montón de fotos, la guía nos informa que nos marchamos a otro lugar.
El camión empieza a maniobrar hacia atrás y se atasca. Lo intenta varias veces sin éxito. Nos quedamos bloqueados. ¿Qué hacer?. El chofer no puede salir, ya que tenemos a los leones enfrente. El chofer le tira a los leones unas botellas de refrescos para ver si se asustan y se piran. Los leones empiezan a jugar con las botellas. Seguimos atascados. No sabemos que hacer, ya nos vemos aquí pasando la noche incomunicados, y dentro del camión, al lado de los leones. Cuando ya no sabemos que hacer, aparece un todoterreno con un Masai dentro.
El masai sale del todoterreno con el león delante y nos pide una azada. Se pone a hacer un agujero en la parte del camión atascada. El león delante. Nosotros con los pelos de punta. Empieza a moverse uno de los leones. Le mira al Masai un ratito, pero no le hace caso. El masai consigue liberarnos. Nosotros respiramos aliviados por el Masai y luego por nosotros que por fin podemos salir. Le dimos una buena propina. Se lo había ganado.