Después de un amanecer precioso y un buen desayuno, cogemos de nuevo la barca que nos lleva a Musoma. Allí subimos a nuestra casa volante camino al Parque Nacional del Serengeti.
Después de dos horas, llegamos a la entrada. La primera parte será atravesar el corredor oeste, situado entre dos ríos, formando un valle entre montañas y zona boscosa.
Al de media hora de recorrido empezamos el primer contacto con las tse tse. Son muy parecidos a los tábanos de nuestra tierra. Sobre todo, no hay que ponerse nervioso. Hay que llevar ropa puesta de color claro por que según dicen las moscas van a los colores oscuros. Yo no lo veo muy claro, pero lo que es evidente es que se ven mucho mejor. Traspasan la ropa. Empieza a haber muchas y la batalla es sin cuartel. La mejor manera de matarlas es con una zapatilla. Tendrás que emplearte a fondo ya que son muy duras de matar.
Terminamos de pasar el corredor para llegar a la zona central del Parque, una zona llamada "Seronera".
Allí tenemos el campamento con tiendas de campaña muy amplias para dos personas. El campamento está en medio del parque sin protección con vayas ni nada, por lo que puede venirte cualquier animal, desde un león hasta una hiena por la noche. Lo positivo es que los animales intentan desviarse de la zona oyendo nuestro galeo. Las duchas están en un recinto dentro de cada tienda, al aire libre, pero rodeado por un toldo, lo que nos permite ducharnos viendo la sábana a lo lejos y fijando la vista por si vemos algún animal.
Por la noche, frente a la hoguera cualquier ruido nos pone un poco nerviosos. Es normal, es el primer día. Con el tiempo nos iremos acostumbrando.
Al día siguiente podremos ver la fauna del parque, exhuberante, salvaje… ¿Qué mas se puede pedir?
