Nikko (Nikko-shi, literalmente «luz del sol») es una ciudad de Japón que se encuentra en las montañas de la prefectura de Tochigi, en la región de Kanto. La serie de santuarios y recintos sagrados que hay en Nikko, así como los balnearios (onsen) de los alrededores, hacen de la localidad un centro religioso y turístico muy visitado. El conjunto de templos y santuarios de Nikko, fue inscrito por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1999.
El Tosho-gu fue construido desde 1634 hasta 1636, en los primeros tiempos del período Edo, para Tokugawa Ieyasu después de su muerte. Su nieto Iemitsu decidió edificar un mausoleo para que descansara el espíritu de su abuelo.
Durante dos años, más de quince mil artesanos y carpinteros de todo el país trabajaron en la construcción del mausoleo que contendría las cenizas del shogun Tokugawa Ieyasu. El mausoleo es considerado el clímax del estilo arquitectónico Gongen-zukuri, característico de los santuarios japoneses.
El lugar fue designado un santuario durante la era Meiji, pero aún conserva elementos budistas, como la pagoda, el depósito de sutras y la puerta Niomon. Una avenida bordeada por 13.000 cedros (Sugi-Namiki Kaido) lleva a la entrada del recinto,2 al cual hay que acceder por una torii de granito.
El gato durmiendo sobre la entrada de templo principal es atribuido a Hidari Jingoro (El zurdo Jingoro).
Al final del santuario, subiendo unas escaleras, podemos acceder a ver la tumba del Shogun Tokugawa Ieyasu
Este santuario es llamado Taiyuin-byo, pues Tokugawa Iemitsu (tercer shogun Tokugawa), cuyas cenizas allí están guardadas, tiene el nombre póstumo de Taiyuin.
El mausoleo fue terminado en 1653, y su construcción estuvo dirigida por Masakatsu Hieuchi.